martes, 29 de enero de 2013

ESTACIONES



ESTACIONES
I
Nacemos solos,
Nos debatimos entre la lucha incansable por la vida
Y la búsqueda del amor
Que vienen a romper lo cotidiano

Ir por la acera con los primeros albores de la mañana
Absorto, en medio del paisaje urbano,
Escudriñando algún rostro distinto,
Un color particular

Lo otro es verte allí, como esperando abril, inequívoca y ligera,
Sencilla y clara; pasar por tu lado
Desentendiéndome de tu aroma pero no de tus ojos
Y hablarte, casi apostándole a la suerte

Encontrar la coincidencia de un café, de un libro de Saramago,
De un chiste improvisado  y de una canción de Serrat
Prendarme de tu imaginación que me lleva más allá
Del horizonte, rumbo hacia Montparnasse

Y transcurren los días entre tu risa y mi sosiego
Entre tu calor y mi voluntad… la flor nace

II
Reconciliarme con mis demonios y mis miedos
Construir un puente entre nosotros, desterrar las distancias
Volverte cómplice de mis pálpitos y mis manías
Recortar la lucidez del momento

Conjurar de improviso nuestros cuerpos
En un ritual de alquimia pura
Renunciando de a poco al egoísmo frustrado
Y otras absurdas ataduras… hasta volar

En el horizonte aparece el rey sol, ese aliado inclaudicable,
Como si su luz fuera a cobijarnos por 500 días, 
Logramos que esta ciudad se vuelva permeable
Y nos perdemos entre sus calles como novatos espías

De pronto, todo cobra sentido
El olor a mar del puerto, las nubes congregadas,
El trafico, el tatuaje en tu mano izquierda
Y la filosofía de tus pies… la flor se abre


III
Desbordarnos lentamente, reflejarnos entre ojeras mutuas,
Con ese despertar lento y aletargado,
Pasos de papel, Inseguros y tambaleantes
 Y la escarcha de la mañana colándose en la piel

Noticias del destierro injusto del deseo
Las hojas del patio forman un manto que palidece,
Una duda en la repisa
Un tu y yo sin tiempo, sin ganas, sin voluntad

La risa forzada y distante,
La lógica y predecible costumbre
De vernos cada martes a las 10
Para ensayar otra vez las mismas líneas que hace un martes

Salir hacia la calle donde las primeras ráfagas
Me anuncian tu sórdida y progresiva ausencia
Pasar distraído por los lugares que nos albergaron
Con el estribillo de aquella canción en mi cabeza

Desenredarme, desatarte, malentenderte, inculparme
Herirte, frustrarme, aturdirte, paralizarme… la flor decae

IV
Tu voz cada vez más distante, tus lejanos dedos ya no me acarician,
El silencio hace guardia en la puerta
Y los asuntos pendientes ya no se tocan,
Besarte es el preludio del frio

Hablarte es disparar palabras a la nada,
Tu imagen se pierde en mi mirada ausente
Que cada noche desde la ventana
Juega a los dados con la luna creciente

En mi sueño eras el persistente sonido
De un blues lastimero y fatal,
Desperté con el alma volteada
Y el corazón helado

Y cuando me di vuelta tu labial seguía inalterablemente intacto...
 Entonces me puse a cosechar esperanzas muertas,
Delirios de juventud, promesas al borde de la cama,
Notitas de velador, cuerpos tendidos, deseos camaleónicos,
 Ternuras fugaces, promesas rotas, quejas ahogadas,
Acordes sin ritmo, sonrisas sin flash
 Y el tic tac del reloj que no me deja en paz… la flor expira
Morimos solos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario